«Voy a enviar el texto de mi página web a un corrector de estilo» es una frase que no mucha gente pronuncia en voz alta, sin embargo, es algo que cada vez se hace con más frecuencia. En Letropía podemos dar fe de ello. No obstante, en las pocas ocasiones que ese comentario se hace en voz alta, lo más común es que el interlocutor no sepa de qué se está hablando: ¿será un programa para corregir los errores del formato de la web?, ¿será una persona que mejora el estilismo de la página en cuanto a tipografía y colores?

El corrector de estilo es un profesional del campo textual que es capaz de desarrollar con soltura un mensaje con las palabras adecuadas para que el cliente (normalmente el autor del texto original) consiga los objetivos deseados con dicho texto. Puede ser, por ejemplo, el texto comercial de la web de un producto, pero también puede tratarse de una reclamación formal con la que el cliente quiere conseguir que una institución tenga en consideración su petición.

Por suerte o por desgracia, no todos tenemos las mismas virtudes ni formación. Del mismo modo que llamas al electricista para que te arregle un enchufe porque sería peligroso hacerlo tú mismo, o contratas un abogado para saber qué pasos seguir ante una denuncia, el corrector de estilo es un profesional que está a tu lado para que tus vicios y errores lingüísticos no solo no te jueguen una mala pasada, sino que, además, captes e intereses al lector con tu mensaje.

El corrector de estilo no añade contenido que tú no quieras incluir, sino que utiliza recursos lingüísticos para que tus palabras se adapten al registro idóneo para el tipo de mensaje al mismo tiempo que al tu estilo personal como autor o de la línea empresarial. Tu corrector de estilo, cuando le hagas el encargo, primero hará una evaluación de los conflictos de tu texto, al igual que lo haría un albañil antes de empezar la obra de tu casa. Lo más habitual es que el corrector haga una prueba sobre un fragmento de tu texto para que compruebes el resultado final. Así podrás comprobar cuánto cambia y mejora tu texto antes de dar el paso. El corrector también te enviará un informe o «notas del corrector» relatando los cambios más relevantes, argumentando sus decisiones y con algunos comentarios a tener en cuenta.

¿Qué necesita saber el corrector de estilo para enviarte el presupuesto y confirmar el trabajo? 

Lo más importante es saber de cuántas palabras (o matrices, es decir, caracteres con espacios) se trata y cuál va a ser la función del texto: comercial, reivindicativo, educativo, literario, etc., y cuál será su medio de publicación, por ejemplo, una web, una misiva, un folleto, una revista.

En resumen, el corrector de estilo es tu asesor lingüístico y será quien te aconseje sobre cómo resolver aquellos conflictos que puedan surgir, pero dejándote espacio como autor del texto para tomar las decisiones pertinentes.

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