Los correctores en el parlamento editorial: no soy nadie, doctor

Los correctores en el parlamento editorial: no soy nadie, doctor

Si algo nos sucede a los trabajadores del mundo editorial (yo, tras noches de cavilación, todavía no he sido capaz de encontrar un porqué), es que somos víctimas inevitables, presas forzosas, cautivos necesarios (…) de ese fenómeno que no sé si con más gracia o veracidad ha sido bautizado como deformación profesional.